Skip to main content

Filipenses 4:19 (NVI)
“Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.”

En casa, nuestros hijos pequeños suelen dormirse temprano, entre 7:30 y 8:00 de la noche. Y como muchos niños, ellos creen que en cuanto se cierran sus ojos, nosotros —los adultos— también apagamos las luces y nos vamos a dormir.

Pero no es así.

A veces mi esposa y yo usamos ese tiempo para conversar tranquilos. Pero en otras ocasiones, salgo al supermercado. ¿Por qué? Porque pienso en lo que van a necesitar mañana. ¿Nos hacen falta huevos? ¿Ya no queda pan? ¿Se acabaron las frutas que devoran como pequeños dinosaurios hambrientos? Yo sé que cuando despierten, querrán desayunar y tener lo necesario para su día. Así que mientras ellos descansan… yo me muevo. Mientras ellos duermen sin preocupación, yo estoy pensando en lo que hará falta. Y si encuentro alguna golosina o algo que sé que les encanta, a veces lo llevo también. No porque lo pidieron, sino simplemente porque los amo.

Y cada vez que vivo esa escena, no puedo evitar pensar: Así mismo es Dios con nosotros.

Cuando creemos, descansamos. Cuando confiamos, dormimos en paz. No porque tengamos todas las respuestas, sino porque sabemos que tenemos un Padre que no duerme, un Proveedor que ya está preparando lo que vamos a necesitar mañana.

Salmo 121:4 dice que “el protector de Israel no duerme ni se adormece.”

Mateo 6:8 nos recuerda que “su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.”

Y Filipenses 4:19 lo declara con firmeza: Dios suplirá todo lo que necesiten… conforme a Sus gloriosas riquezas.

Nuestro llamado no es producir la provisión, ni adelantarnos al futuro, ni resolverlo todo antes de tiempo. Nuestro llamado es confiar.
Mi parte es creer. La de Dios es proveer.

Tu Padre Celestial no solo ve lo que necesitas, Él lo prepara de antemano

Tal vez hoy estás en un momento donde no ves la respuesta. No sabes cómo se va a resolver lo que estás enfrentando. Y puede que te preguntes si Dios está haciendo algo… o si simplemente está en silencio.

Pero quiero animarte con esta imagen: mientras tú descansas, Él obra. Mientras tú duermes, Él se mueve. Mientras tú oras, Él ya está en camino.

Tu Padre Celestial no solo ve lo que necesitas, Él lo prepara de antemano. Y si a veces incluye una “golosina”, algo inesperado que te saque una sonrisa, no te sorprendas. Él también lo hace porque te ama.

Preguntas para reflexionar:

  1. ¿Qué te está costando soltar y dejar en las manos de tu Padre hoy?

  2. ¿Confías en que Él está preparando lo que vas a necesitar mañana?

  3. ¿Recuerdas alguna vez en la que Dios proveyó sin que tú se lo pidieras?

Recibe devocionales y reflexiones a tu email

Leave a Reply