A lo largo de la vida, enfrentamos situaciones que parecen insuperables. Momentos en los que las dificultades nos abruman y no sabemos qué hacer. Esto es exactamente lo que experimentó el rey Josafat en 2 Crónicas 20. Un ejército poderoso se levantaba contra Judá, y en su desesperación, el rey confiesa: “Dios nuestro, ¿no vas a dictar sentencia contra ellos? Nosotros no podemos oponernos a ese gran ejército que viene a atacarnos. No sabemos qué hacer, pero en ti buscamos ayuda” (2 Crónicas 20:12). Cuando el miedo y la incertidumbre nos paralizan, Dios nos invita a buscarlo a Él, porque solo en Él podemos encontrar dirección y fuerzas.
El Señor respondió a Josafat con palabras que siguen siendo ciertas para nosotros hoy: “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios” (2 Crónicas 20:15). Este es un poderoso recordatorio de que no estamos solos en nuestras batallas. Cuando no sabemos qué hacer, busca a Dios; Él peleará por ti.
”“Cuando no sepas qué hacer, busca a Dios; Él peleará por ti.”
La batalla es de Dios, no nuestra
El Señor le prometió a Josafat que no tendría que luchar: “No tendrán que luchar en esta batalla. Simplemente quédense quietos, y verán la victoria que el Señor les dará” (2 Crónicas 20:17). Dios mismo pelearía por su pueblo. Esta es una promesa que nos desafía a entregar nuestras preocupaciones, miedos y luchas a Dios, confiando en que Él ya ha preparado el camino para nuestra victoria. No se trata de nuestras fuerzas, sino de Su poder.
No sé cuál sea tu situación actual. A lo mejor estás enfrentando un problema abrumador: quizás un desafío financiero, una mala noticia médica o una crisis familiar que parece no tener solución. Te sientes impotente, sin saber qué hacer ni hacia dónde ir. En estos momentos, Dios te invita a dejar de pelear por tus propias fuerzas y permitirle actuar en tu favor.
Es común querer controlar cada aspecto de nuestra vida, pero el Señor nos llama a confiar y a mantenernos firmes. Jesús dijo: “No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí” (Juan 14:1). La victoria viene de la mano de Dios cuando decidimos dejar nuestras cargas en Sus manos.
Pasajes clave:
- 2 Crónicas 20:12 (NVI): “Dios nuestro, ¿no vas a dictar sentencia contra ellos? Nosotros no podemos oponernos a ese gran ejército que viene a atacarnos. No sabemos qué hacer, pero en ti buscamos ayuda.”
- 2 Crónicas 20:15 (NVI): “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios.”
- 2 Crónicas 20:17 (NVI): “No tendrán que luchar en esta batalla. Simplemente quédense quietos, y verán la victoria que el Señor les dará.
- Juan 14:1 (NVI): “No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.”
Aplicación práctica:
- Identifica tus batallas: ¿En qué áreas de tu vida te sientes abrumado por la falta de control?
- Entrega tus luchas a Dios: ¿Qué batallas necesitas entregar a Dios, sabiendo que Él peleará por ti?
- Permanece firme en fe: ¿Cómo puedes confiar más en Dios en medio de los desafíos y avanzar con fe?
Preguntas de aplicación:
- ¿Qué batallas en tu vida te están robando la paz, y cómo puedes entregárselas a Dios?
- ¿Cómo puedes fortalecer tu fe para confiar en que Dios está peleando por ti?
- ¿En qué áreas de tu vida necesitas aprender a quedarte quieto y dejar que Dios actúe?